China pone en marcha su relación estratégica con Chile y América Latina

Verónica Neghme

La breve pero intensa fue la visita del primer ministro Wen Jiabao a Chile en junio. Vino a concretizar el plan que esta potencia económica tiene para América Latina desde 2008, en términos de una Asociación Estratégica con América Latina.

Ocupando espacios que otrora tenía Estados Unidos, China avanza en sus objetivos de largo plazo, no solamente con una mirada comercial, sino ahora con una relación que abarque también la cooperación política, tecnológica, académico- estudiantil, con la prensa, etc. Al cerrar el capítulo de inversiones en el marco del TLC con Chile, se espera que se concreticen proyectos por la parte China. América Latina es “una tierra de oportunidades, rica y de civilizaciones”, en las palabras de Wen Jiabao.

En una mirada pragmática, ellos esperan que esta asociación estratégica sea con todos los países, independientemente de los bloques políticos y económicos disímiles, en un “plano de igualdad y de respeto mutuo”. En este contexto, creemos que la reciente constitución de la Alianza del Pacífico, conformada por Chile, Perú, México, Colombia, de lograr una integración entre países diferentes, pero con esquemas económicos abiertos, podría potenciar su proyección al Asia y a China de manera conjunta y coordinada, lo que sin duda tomará tiempo, y habrá que esperar que la voluntad inicial de sus gobernantes para echarla a andar, se mantenga en el tiempo. Los esfuerzos también deberán provenir por parte de los sectores públicos y privados de estos países, con proyectos concretos, para que la relación sea equilibrada.

La región, y Chile en particular, debe preparase para los cambios que se están vislumbrando en los equilibrios de poder mundial. China será tarde o temprano una potencia mundial de todo orden, pese a las discrepancias de algunos especialistas, que con una mirada centrada solamente en lo económico, miran sus procesos modernizadores en los ámbitos de la defensa, tecnológicos y científicos, agrícolas, como meros “slogans”. Hay que entender que lo que está en los planes quinquenales chinos se cumplirá tarde o temprano. América Latina y Chile deben estar preparados en todos los ámbitos para esta nueva realidad, lo que significa aprender de su historia, cultura, trayectoria, y objetivos, para saber interactuar ahora con un mundo no occidental, pero que de alguna manera nos influirá quizás más de lo que podamos imaginarnos. China buscará vertientes comunes con América Latina en todos los ámbitos.

En igual forma, tanto en política exterior como en la defensa, debemos prepararnos para un mundo en donde tanto Estados Unidos como China, continuarán marcando una presencia fuerte en el corto y mediano plazo. Para un país como Chile, con un prestigio de seriedad institucional y económica, el equilibrio en su política exterior y la integración con países regionales afines puede ser una estrategia interesante para potenciar su proyección en el nuevo mundo bipolar y/ o multipolar que se avecina.